+54 291 472 4568

Turnos e Informes

CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA EL USO DE DATOS PERSONALES
Electrofisiología del Sur S.A. podrá recoger y procesar sus datos personales con las siguientes finalidades:

  • Brindar información de las prestaciones realizadas, ya sea al médico solicitante o al paciente, por correo electrónico o consultando mediante un acceso exclusivo (credenciales) a través nuestro portal web.
  • Realizar análisis de sus datos personales, siempre bajo la petición de su médico y protegiendo sus intereses.
  • Realizar análisis estadísticos anónimos.

CONSENTIMIENTO PARA EL ENVIO DE INFORMES
Doy expreso consentimiento para el envío de informes realizado por los Servicios de Electrofisiología del Hospital Privado del Sur y del Hospital Español de Bahía Blanca mediante aplicaciones de mensajería (ej. WhatsApp) o correo electrónico.
Tambien expreso mi derecho a cambiar el los datos para el envío (número de teléfono, correo electrónico) y a revocar este consentimiento en el momento que lo desee.
Sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición relacionados a sus Datos Personales pueden ser ejercidos mediante el envío de nota escrita con firma y aclaración y copia adjunta de su DNI, remitida en adjunto por correo electrónico a info@electrofisiologiadelsur.com.ar o personalmente o por correo postal (calle Witcomb 146 PB “A” de la ciudad de Bahía Blanca).
Es importante que lea y comprenda esta Declaración a efectos de prestar su consentimiento. La negativa a dar su consentimiento significará que los informes deberán ser retirados en …… de lunes a viernes, en el horario de…

Información para pacientes

¿Qué es una arritmia cardíaca?

Es una “alternación del ritmo normal” del corazón.
Debido a que el ritmo cardíaco normal se caracteriza por latidos parejos (“regulares”) y a una frecuencia por minuto determinada según factores tales como la edad y la actividad entre otros, una arritmia cardíaca se caracteriza por la presencia de latidos desparejos (“irregulares”) y/o con una frecuencia por minuto por fuera de los límites normales, ya sea acelerados (“taquiarritmia”) o lentos (“bradiarritmia”).
Sin embargo, no siempre los latidos “irregulares”, “acelerados” y/o “lentos” son debidos a una arritmia cardíaca. Estos pueden presentarse, en ausencia de una arritmia, en determinadas situaciones como por ej. vinculadas a los movimientos respiratorios, el estrés físico y/o emocional, el sueño, etc.
Por lo tanto, para que exista una ARRITMIA CARDIACA, los latidos IRREGULARES, ACELERADOS y/o LENTOS debe estar originados por una ALTERNACIÓN EN LA FORMACIÓN Y/O CONDUCCIÓN DE LOS IMPULSOS ELÉCTRICOS que regulan nuestro ritmo cardíaco normal, alteración que puede producirse tanto en AUSENCIA como en PRESENCIA DE UNA ENFERMEDAD ESTRUCTURAL DEL CORAZÓN.
En caso de padecer una enfermedad estructural cardíaca, como por ejemplo obstrucciones de las arterias coronarias, haber tenido un infarto de miocardio, tener engrosamiento de las paredes del corazón, agrandamiento de las cavidades cardíacas, un problema en una válvula, etc., muchas veces es esta enfermedad la responsable de la aparición de la arritmia.
Sin embargo, en otros casos y, particularmente en ausencia de una enfermedad estructural que las provoque, las arritmias pueden producirse por alguna predisposición, ya sea genéticamente determinada (heredada o no), o congénita, (es decir la predisposición está presente desde el nacimiento), y muchas otras veces sin ninguna razón que podamos identificar (“idiopática”).

¿Cuáles pueden ser los síntomas de una arritmia cardíaca?

El síntoma más frecuente es palpitaciones, es decir, “sentir” los latidos del corazón. Esta sensación puede ser descripta por el paciente de diferentes maneras: además de “desparejos”, “acelerados” o “enlentecidos”, también de muchas otras formas como por ej.” fuertes”, “en el pecho”, “en el cuello”, “bombeo fuerte”, “taquicardia”, “sensación de aleteo o vacío”, etc.
Otros síntomas que pueden ser provocados por arritmias cardíacas son dolor de pecho, falta de aire (disnea), mareos, sensación de desvanecimiento, pérdida repentina del conocimiento con recuperación espontánea e inmediata (síncope), cansancio, sudoración, etc. En casos de arritmias graves, estas pueden ser las responsables de un paro cardíaco.
Sin embargo, en ocasiones las arritmias pueden no provocar síntomas y ser por consiguiente totalmente asintomáticas, o provocar síntomas no característicos como los arriba mencionados, y por tanto ser detectadas accidentalmente durante una consulta o un estudio motivados por otra razón.

¿Cómo se diagnostican y tratan las arritmias cardíacas?

El especialista en Electrofisiología Cardíaca es un médico cardiólogo específicamente dedicado al diagnóstico y tratamiento de las arritmias cardíacas. Este se valdrá de los datos que recogerá de la consulta médica y de los eventuales estudios complementarios para confirmar o descartar el diagnóstico de una arritmia. Un simple electrocardiograma puede ser suficiente en muchos casos. Sin embargo, en otros se requerirá de exámenes adicionales como las técnicas de monitoreo, entre ellas el estudio Holter de 24 o 48 hs, o incluso de varios días o semanas de duración, y en algunos casos de sistemas más sofisticadas para monitoreos más prolongados (ej. hasta 3 años) como el Holter insertable, un dispositivo muy diminuto que se aloja debajo de la piel a través de una incisión muy pequeña. Por otra parte, en aquellos casos en los que no es posible detectar una arritmia espontánea, ya sea con el electrocardiograma o las técnicas de monitoreo, se sospecha la presencia de una “arritmia provocable”, o se requiere de mediciones más precisas de la conducción de los impulsos eléctricos cardíacos, puede ser necesario realizar un estudio electrofisiológico.
Una vez confirmada la presencia de una arritmia, diferentes factores influirán en la decisión de tratamiento. Existen arritmias asintomáticas y “benignas” (sin riesgo de complicaciones para el paciente) que no requerirán ningún tratamiento, y en algún caso solo seguimiento periódico. En otros, dependiendo básicamente del tipo de arritmia, las alternativas terapéuticas serán los cambios de hábitos, en particular relacionados a la dieta y actividad física, los medicamentos, el implante de un marcapasos o un cardiodesfibrilador y la ablación por catéter, esta última la única alternativa actualmente disponible para el tratamiento definitivo (“curativo”) de muchas de ellas.

¿Qué es el síncope?

Es la pérdida brusca del conocimiento, habitualmente acompañada de pérdida del tono postural responsable de la caída que ocurre en la mayoría de los casos, que se recupera espontánea y rápidamente, y que es debida a una disminución repentina del flujo de sangre a todo el cerebro. Esto último distingue al síncope de otras causas de pérdida de conocimiento como puede ser la epilepsia, mucho menos frecuente que el síncope, en la que el origen es una descarga eléctrica excesiva de las células del cerebro (neuronas).
El “desmayo común” (síncope vasovagal) es el tipo más frecuente de síncope y, en la gran mayoría de los casos, no representa motivo de preocupación ya que no es originado por un problema cardíaco, sino por un “bajón brusco de la presión sanguínea” motivado por un mecanismo reflejo involucrado en el control normal de la presión sanguínea (reflejo vagal). En muy pocos casos, las preocupaciones en estos pacientes pueden estar relacionadas a las consecuencias derivadas de las caídas, como pueden ser los golpes o traumatismos, o a la pérdida del conocimiento en situaciones que puedan generar riesgo tanto para el propio paciente como para terceros (ej. determinados oficios y/o profesiones). Sin embargo, este tipo de síncope no representa riesgo para la vida, ya sea paro cardíaco o muerte súbita, motivo por el cual debe llevar tranquilidad a quien lo padece y sus familiares.
El síncope “sospechoso” de ser de origen cardíaco (síncope cardíaco), y en particular el provocado por una “arritmia” (síncope arrítmico), requiere de una evaluación especializada ya que su aparición debe alertar sobre la posibilidad de una enfermedad cardíaca o arritmia grave.
En cualquier caso, debido a que todo síncope debe ser motivo de consulta al médico, será este quien determine o sospeche su causa, y eventualmente la necesidad de una evaluación por un especialista en Electrofisiología Cardíaca, a fin de confirmar o descartar un síncope vasovagal o arrítmico.

¿Qué es y cómo se hace un Holter?

Es un estudio ambulatorio en el que se “monitorea” el ritmo cardíaco mediante un dispositivo pequeño y muy liviano que graba el electrocardiograma del paciente (“grabadora”) y que, por medio de una correa, llevará colgada del hombro o sujeta a la cintura. Esta grabadora registrará el electrocardiograma a través de unos “cables” (entre 3 y 10 dependiendo del estudio solicitado) conectados de manera “autoadhesiva” a la piel del pecho del paciente. Este concurrirá el día del turno asignado para ser colocado por personal técnico o de enfermería especializado. Excepto casos particulares (ej. niños, asistencia especial, etc.), no es necesaria la presencia de un acompañante. Posteriormente, y dependiendo de la duración del estudio indicado (24 hs, 48 hs, 72 hs, 7 días, 14 días, etc.), será citado para que el Holter pueda ser retirado y la información analizada. En ese momento se le indicará en qué momento estará disponible el informe definitivo.

¿Qué es y cómo se hace un Tilt Test?

Es un estudio ambulatorio indicado para el diagnóstico de síncope vasovagal. El paciente concurrirá el día del turno asignado con antelación, de acuerdo con las instrucciones previamente recibidas, en general un ayuno de 2,5 a 3 hs, y con un acompañante con capacidad para manejar (el paciente con un resultado positivo no podrá conducir en las horas inmediatas posteriores). El estudio, realizado por personal técnico o de enfermería especializado, consiste en monitorear, en posición inclinada utilizando una camilla especial, la presión sanguínea mediante un manguito de un tensiómetro colocado en uno de sus brazos y el ritmo cardíaco a través de un monitor de computadora conectado al paciente mediante cables “adheridos” a la piel de los hombros y piernas. Para ello, y luego de un breve período inicial de reposo en posición “acostada”, la camilla se inclina, mediante el accionamiento de un mecanismo operado por un motor eléctrico, hacia la posición de “parado”, alcanzando una inclinación máxima de 70º (no totalmente parado a 90º). De aquí el nombre del estudio, “tilt”, que significa inclinación en inglés. Esta posición inclinada recrea las condiciones que favorecen la aparición del síncope. En caso de haber transcurrido unos minutos sin resultado positivo, podrá ser necesaria la administrado de una muy pequeña dosis de medicación por vía sublingual (dinitrato de isosorbida 1,25 ms) para aumentar las posibilidades de diagnosticar el síncope vasovagal. En caso de que el estudio resulte positivo, la camilla regresará inmediatamente a la posición “acostada”. Para seguridad del paciente, y a fin de evitar una caída, este se encuentra protegido en todo momento mediante una faja de sujeción colocada alrededor del torso y las piernas.
Previo a la realización de este estudio es obligatorio firmar el consentimiento informado.

¿Qué es y cómo se hace un Estudio Electrofisiológico?

Es un estudio que requiere de un período mínimo de internación, habitualmente solo unas pocas horas. Está indicado para la evaluación del sistema de generación y conducción eléctrica de los impulsos cardíacos y para la provocación de arritmias que no han podido ser correctamente diagnosticadas o evaluadas por otros estudios. Este procedimiento es habitualmente “programado” con antelación, en general en pacientes ambulatorios, pero en ocasiones puede requerirse de manera “urgente”, incluso en pacientes hospitalizados. Las indicaciones preoperatorias están principalmente relacionadas al tiempo de ayuno requerido, la necesidad de análisis de sangre, y a las medicaciones que deberá suspender y/o continuar tomando. Se realiza en una sala “quirúrgica” que, en nuestro Servicio, está “exclusivamente” dedicada a la realización de procedimientos electrofisiológicos (“Sala de Electrofisiología”), con todos los recursos que requieren hoy en día estos procedimientos para ofrecer la máxima eficacia y seguridad. Sin embargo, es posible que en otros centros sea realizado en salas en las que se llevan a cabo otro tipo de procedimientos, como por ej. cateterismos (Sala de Hemodinamia) o incluso quirófanos generales. Aunque casi siempre se realiza con anestesia local, en ocasiones puede ser necesaria la sedación mediante la administración de medicamentos endovenosos. La utilización de anestesia general queda solo reservada para casos especiales (ej. niños). Para ello, y una vez recostado en la camilla, se le rasurara la piel de la ingle si es necesario, se le pasara el líquido antiséptico para desinfección, y posteriormente se le inyectara el anestésico local. Una vez anestesiada la ingle, se realizará la punción de la “vena femoral”, la mayoría de las veces derecha. Para evitar el sangrado, se ponen dentro de la vena una vaina de muy pequeño calibre (habitualmente de no más de 2,5 mm de diámetro), llamada introductor, a través del cual se avanzan el o los catéteres guiados por radioscopía (rayos X), y que al final del procedimiento serán retirados, dejando solo una gasa que el propio paciente se retirara cuando se le indique, en general unas pocas horas. El estudio podrá consistir en solo mediciones de los impulsos eléctricos cardíacos, aunque a veces también de la provocación de arritmias. En este caso, a través del catéter se estimulará el corazón mediante la administración de impulsos eléctricos externos, imperceptibles para el paciente. Sin embargo, es posible (aunque no siempre ocurre) que el paciente sienta “palpitaciones”, al igual que si una arritmia es finalmente provocada. Una arritmia provocada puede inducir, rara vez, “pérdida de conocimiento”, e incluso “paro cardíaco”, el que precisamente puede ser la finalidad del estudio en algunos casos, y un efecto no deseado en otros.
Previo a la realización de este estudio es obligatorio firmar el consentimiento informado, en el que además de los beneficios esperados (diagnóstico, y eventual tratamiento), se le hará conocer también el riesgo de posibles complicaciones, habitualmente menor al 0,5%.

¿Qué es y cómo se hace una Ablación por Catéter?

Este procedimiento requiere habitualmente un período corto de internación, de unas pocas horas en la mayoría de los casos, 24 hs como máximo en algunos, y rara vez más de 24. Casi siempre es una intervención “programada” en pacientes ambulatorios, pero en ocasiones puede ser una “urgencia”, incluso en pacientes hospitalizados. Las indicaciones preoperatorias están principalmente relacionadas al tiempo de ayuno requerido, la necesidad de análisis de sangre y determinados estudios complementarios, y a las medicaciones que deberá suspender y/o continuar tomando. Se realiza en una sala “quirúrgica” que, en nuestro Servicio, está “exclusivamente” dedicada a la realización de procedimientos electrofisiológicos (“Sala de Electrofisiología”), con todos los recursos que requieren hoy en día estos procedimientos para ofrecer la máxima eficacia y seguridad. Sin embargo, es posible que en otros centros sea realizado en salas en las que se llevan a cabo otro tipo de procedimientos, como por ej. cateterismos (Sala de Hemodinamia) o incluso quirófanos generales. En la mayoría de los casos solo requiere de anestesia local, en otros de una sedación mediante la administración de medicamentos endovenosos, y en algunos de anestesia general. Una vez recostado en la camilla, se le rasurara la o las ingles si es necesario, se le pasara el líquido antiséptico para desinfección, y posteriormente se le inyectara el anestésico local. Una vez anestesiada la piel, se realizará la punción de la “vena femoral, y a veces también de la “arteria femoral”, ya sea de un solo lado (en general, derecho), aunque a veces de los dos (ingles derecha y/o izquierda). Posteriormente, y para evitar el sangrado, se ponen dentro del vaso sanguíneo unas vainas de muy pequeño calibre (habitualmente de no más de 2,5 mm de diámetro), llamadas introductores, a través de las cuales se avanzarán los catéteres guiados, en la mayoría de los casos, por radioscopía (rayos X), y que al final del procedimiento son retirados, dejando solo una gasa que el propio paciente se retirara cuando se le indique, en general unas pocas horas. Una vez que el o los catéteres se encuentran dentro del corazón, y luego de realizar un Estudio Electrofisiológico inicial, se realiza el Mapeo detallado de la arritmia y/o del o los sitios a tratar, empleando en ocasiones sofisticados catéteres, sistemas tridimesionales de navegación y de ecocardiografía intracardiaca, para finalmente decidir el o los sitios de Ablación, es decir de aplicación de energía con la finalidad de eliminar las células responsables de originar la arritmia. Para ello utilizamos actualmente energías térmicas, en la mayoría de los casos radiofrecuencia (calor), en ocasiones crioablación (frío), y probablemente en el futuro energías no térmicas como la emisión de campos pulsados (electroporación).
Previo a la realización de este procedimiento es obligatorio firmar el consentimiento informado, en el que además de los beneficios esperados (chances de “curación”), también se le hará conocer el riesgo de posibles complicaciones, que dependerá del tipo de arritmia a tratar (entre 2 y 10%).

¿Qué es y cómo se implanta un Marcapasos, un Cardiodesfibrilador o un Resincronizador con catéteres intracardíacos?

Esta intervención, un procedimiento quirúrgico “menor”, requiere habitualmente de un período corto de internación, siendo en la mayoría de los casos prácticamente ambulatorio, ya que el paciente puede retirarse del hospital por sus propios medios luego de unas pocas horas (en general, entre 3 y 6). Aunque la mayoría de los implantes son programados, algunos son el resultado de una urgencia, en especial cuando se trata de un Marcapasos. Las indicaciones preoperatorias están principalmente relacionadas al tiempo de ayuno requerido, la necesidad de análisis de sangre y determinados estudios complementarios, y a las medicaciones que deberá suspender y/o continuar tomando. Se realiza en una sala “quirúrgica” que, en nuestro Servicio, está “exclusivamente” dedicada a la realización de procedimientos electrofisiológicos (“Sala de Electrofisiología”), con todos los recursos que requieren hoy en día estos procedimientos para ofrecer la máxima eficacia y seguridad. Sin embargo, es posible que en otros centros sea realizado en salas en las que se llevan a cabo otro tipo de procedimientos, como por ej. cateterismos (Sala de Hemodinamia) o incluso quirófanos generales. En la gran mayoría de los casos solo requiere de anestesia local, en otros de una sedación mediante la administración de medicamentos endovenosos, y rara vez de anestesia general. Previo al inicio de la intervención se le administrará un antibiótico intravenoso preventivo para reducir el riesgo de infecciones posteriores asociadas al implante, ya sea del generador o del o los catéteres. Una vez recostado en la camilla, se le rasurara, si es necesario, la piel del sitio donde se realizará el implante, casi siempre en la región pectoral, por debajo de la clavícula; se le pasara el líquido antiséptico para la desinfección de la piel; será totalmente cubierto con telas estériles para crear el campo quirúrgico (solo queda descubierto el sitio de la operación); y posteriormente se le inyectara el anestésico local. Una vez anestesiada la piel, se realizará una pequeña incisión (aproximadamente de unos 5 cm). Posteriormente, se buscará la o las venas por las que ingresarán el o los catéteres que se posicionarán, mediante guía radioscópica (Rayos X), dentro del corazón, ya sea en el ventrículo derecho, la aurícula derecha y/o el ventrículo izquierdo, dependiendo del tipo de dispositivo a implantar (marcapasos o cardiodesfirilador, ya sea uni o bicameral, o resincronizador). La localización de la o las venas requerirá muchas veces de la punción de la vena axilar o sublcavia para que, a través de unas vainas de muy pequeño calibre, habitualmente de no más de 2,5 mm de diámetro llamadas introductores pelables (“peel-away”, descartables), se puedan avanzar el o los catéteres que finalmente quedarán alojados dentro del corazón. Posteriormente se conectará al generador de impulsos (el dispositivo propiamente dicho), que se alojará en un hueco realizado por debajo de la piel llamado bolsillo. Finalmente, la piel es suturada y cubierta con un film autoadhesivo para protección de la herida, que el propio paciente se retirará al cabo 3 a 5 días. En la mayoría de los casos no se requerirá retirar los puntos debido a la utilización de puntos de sutura reabsorbibles.
Previo a la realización de este procedimiento es obligatorio firmar el consentimiento informado, en el que además de los beneficios esperados (mejoría de los síntomas y/o prevención del síncope y/o la muerte súbita), también se le hará conocer el riesgo de posibles complicaciones, que dependerá del tipo de dispositivo a implantar (entre 0,5 y 3%).

¿Qué es y cómo se implanta un Marcapasos “sin” catéter?

Este es un tipo de marcapasos muy moderno, por ahora reservado sólo para casos muy especiales. Por no poseer catéter, “el mismo marcapasos”, de muy pequeño tamaño, debe ser alojado “dentro del corazón”. A diferencia del Marcapasos con catéter (el “convencional”), no requiere ningún tipo de incisión debajo de la clavícula. Se lleva hasta el interior del corazón a través de una vaina especial que se introduce por una vena de la ingle, la “vena femoral”.